Sevilla se consagró campeón de la Europa League al vencer por penales a la Roma (4-1) después de haber terminado empatado 1-1 en tiempo reglamentario. En el primer tiempo, el argentino Paulo Dybala, marcó un golazo para el triunfo parcial del equipo italiano dirigido por José Mourinho. Y en el segundo tiempo, el empate llegó a través de un gol en contra de Gianluca Mancini.
La final se jugó en el estadio Puskas Arena de Budapest.
Como una especie de guiño histórico que trajo todos los recuerdos de la final de la Copa del Mundo que la Selección Argentina levantó en Qatar, a Cachete le tocó ejecutar el tiro que podía consagrar a su equipo. Lo particular fue que falló en el primer intento, pero el penal debió patearse nuevamente por adelantamiento del arquero Rui Patrício. Entonces, el ex River cambió el palo, la mandó a guardar y Sevilla festejó.
De esta manera, los andaluces lograron su séptima Europa League, trofeo que también conquistaron en 2006, 2007, 2014, 2015, 2016 y 2020. Es decir, ganaron todas las finales que jugaron.