Gimnasia de La Plata derrotó 1-0 a Lanús en el estadio Juan Carmelo Zerillo, por la décimo sexta fecha de la Liga Profesional: Maximiliano Comba anotó el único gol del partido, en la última jugada, y con un blooper insólito del arquero Granate.
El Lobo se llevó un triunfo que en el desarrollo ni el más optimista pensaba que iba a conseguir. Una victoria con muchos condimentos: importantísima para seguir sumando, y con un agregado emocional por la presencia de Matías Melluso, uno de los referentes a pesar de su corta edad del plantel.
El lateral izquierdo sufrió la muerte de su madre hace algunos días, pero por deseo personal, entrenó y jugó de titular. Por eso, apenas terminó el encuentro, todos sus compañeros fueron a buscarlo a él, que no pudo contener las lágrimas.
«No fue una semana fácil, se fue lo más grande que tengo. Mis compañeros son de fierro y esta gente hermosa que nos banca siempre. Gimnasia es todo para mí, el fútbol te salva, y para estar en mi casa llorando, hice lo que ella siempre quería que era estar jugando a la pelota, lo hago por ella», expresó Melluso emocionado. Luego fue ovacionado por todo el estadio.
Pasando a lo netamente futbolístico, el partido fue malo y aburrido. El 0-0 le calzaba a la perfección. Incluso, quizás un triunfo de Lanús se ajustaba un poco mejor al desarrollo del encuentro. Pero con poco, y más por insistencia que por argumentos con la pelota en los pies. Eso sí, el Grana tuvo las más claras.
Sobre el final del primer tiempo, un milagro salvó a Gimnasia, o mejor dicho, la notable reacción de Durso para achicar a Troyanski, que se encontró con la pelota boyando de frente al arco. Y en el segundo tiempo, nuevamente se lució el arquero Tripero, con una volada para sacarle una volea a Juan José Cáceres. Casi en tiempo cumplido, Morales le sacó la pelota en la línea a Leandro Díaz.
En el fútbol se gana haciendo la diferencia en las áreas, y los goles que erró Lanús los pagó carísimo. Si el empate hacía lamentarse al Grana por la falta de efectividad, ni hablar la derrota. Cuando el partido moría en cero, Bolívar tiró un centro que Comba cabeceó a las manos de Lucas Acosta, que la tenia controlada, pero insólitamente se le escapó y la bola terminó en la red.
De a poco, y con poco, Gimnasia sigue sumando: está en mitad de tabla con 21 puntos y lejos de los puestos de complicación con los promedios, de hecho, más cerca de la clasificación a copas que del descenso; en la próxima fecha visitará a Godoy Cruz.
Por su parte, Lanús volvió a quedarse con menos de lo que merecía, y eso explica su andar tan irregular en el torneo, donde se ubica octavo con 25 puntos y no pudo meterse entre los primeros cinco de la tabla. Su próximo rival será Newell’s Old Boys, en La Fortaleza.
